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LA IMPORTANCIA DE LA FIGURA DEL PSICOONCÓLOGO PEDIÁTRICO

El cáncer en edad infantil constituye uno de los principales motivos de mortalidad en la niñez y la adolescencia a nivel mundial (Blondell, et al., 2021; OMS, 2021; Rodríguez et al., 2023). Los tipos de cáncer que más afectan a los niños, entre los 0 y los 14 años, son las leucemias, los linfomas, tumores cerebrales y tumores sólidos como el neuroblastoma y los tumores de Wilms (Méndez et al., 2004; OMS, 2021). Por otro lado, entre los tratamientos más comúnmente utilizados encontramos la quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia, la cirugía y el trasplante de médula o de progenitores hematopoyéticos (Méndez et al., 2004; Celma, 2009).

El cáncer pediátrico tiene un impacto en la salud física, social, emocional y psicológica tanto del niño, como de la totalidad de su sistema familiar (López-Ibor, 2009). La enfermedad irrumpe en su vida, obligándoles a tener que convivir con una experiencia constante de amenaza, incertidumbre y pérdida (Pitillas, 2010).

No existe una forma correcta o única de afrontar el cáncer en la niñez, sino que cada familia ha de recorrer su propio camino de adaptación a la enfermedad (Méndez, 2005). La complejidad de este proceso evidencia la importancia de poder favorecer un buen ajuste a la situación, no sólo del menor, sino también de toda la unidad familiar. La figura del psicooncólogo pediátrico surge precisamente con este propósito. Su objetivo principal radica en poder facilitar la adaptación de la unidad paciente-familia a lo largo de la enfermedad, reduciendo el impacto emocional asociado. Por lo tanto, sus intervenciones, estarán dirigidas a favorecer los recursos de afrontamiento, promoviendo un buen funcionamiento de la unidad familiar, así como hacia la prevención de las secuelas psicosociales de los tratamientos oncológicos en el niño, potenciando los procesos de resiliencia y el crecimiento postraumático (Pitillas, 2010) en todos los miembros de la familia.

El niño oncológico...

Al niño al que se diagnostica una enfermedad como el cáncer se enfrenta al ingreso en un entorno desconocido como es el hospital, a la vez que se ve sometido a un sinfín de pruebas y tratamientos agresivos e invasivos (Bragado, 2009). Todo ello suele generar gran estrés y ansiedad en el menor, quién se ve privado de sus rutinas habituales, juguetes, y contacto con su escuela y amigos (Peña, 2017).

Es común que los pacientes oncológicos pediátricos, debido a las diversas dificultades a las que se enfrentan, presenten a lo largo del proceso alteraciones emocionales, como agresividad hacia el personal del hospital, llanto frecuente, conductas regresivas, aumento de la dependencia hacia sus figuras de apego, sintomatología ansioso-depresiva, miedo a la muerte, aislamiento, problemas de autoestima, trastornos del sueño, somatizaciones, miedo a los procedimientos médicos o a la muerte (Méndez et al., 2004; Méndez, 2005; Alfaro y Atria, 2009). Por otro lado, una vez finalizado el proceso, los sobrevivientes de un cáncer infantil tienen una mayor probabilidad de presentar problemas psicosociales como distrés emocional, ansiedad, depresión, ideación suicida, somatización, estrés postraumático (Rodríguez et al., 2024), dificultades en la relación con sus pares y fracaso escolar entre otros (Villegas y Cassaretto, 2024).

Todo ello pone de manifiesto el gran reto psicológico que supone para el niño el diagnóstico de un cáncer, un desafío que, pese a su corta edad, lo obliga a desarrollar formas de afrontamiento de la enfermedad y los tratamientos (Pitillas, 2012). En este sentido, es labor del psicooncólogo infantil ayudar al niño a elaborar las experiencias que vivencia, fomentando su participación en el proceso y abordando a su vez las posibles alteraciones emocionales que pueda presentar, previniendo así posibles dificultades en su posterior desarrollo emocional y formación de la estructura de su personalidad (Méndez, 2005).

Por lo tanto, el profesional de la psicooncología pediátrica tendrá como principal objetivo tratar de conocer al niño, establecer una alianza terapéutica con el mismo, así como asegurarse de que entiende por qué está en el hospital, qué tratamiento le pondrán, cómo será y para qué, evitando así posibles fantasías o ansiedades que surgen cuando el niño no es informado y no sabe qué sucede o por qué, ayudándole a dar sentido a lo que ocurre (Pitillas, 2012). Es esencial además poder abrir la posibilidad al pequeño enfermo de espacios de escucha, comunicación y diálogo, donde este pueda expresar sus miedos, fantasías, preocupaciones y necesidades, ofreciéndoles una mirada de comprensión de lo que vivencia, así como una figura de contención de sus emociones (Pitillas, 2012). Todo ello puede darse a través del juego terapéutico, además de contar con otro tipo de intervenciones más focalizadas en el control del dolor, la disminución de la ansiedad o los efectos secundarios del tratamiento (náuseas, vómitos, sueño o fatiga) como la relajación muscular progresiva con imágenes guiadas, distracción, hipnosis, desensibilización sistemática, manejo de contingencias o contracondicionamiento entre otros (Méndez et al., 2004; Pitillas. 2012).

La familia del pequeño enfermo...

El cáncer no sólo afecta la salud física y emocional del niño que lo padece, sino a la totalidad de su sistema familiar, concretamente de sus principales cuidadores.

Para la familia del paciente, el diagnóstico supone un gran impacto emocional, acompañado de cambios significativos en su modo de vida debido a los frecuentes ingresos hospitalarios, los costes financieros que han de afrontar, así como la incertidumbre sobre el pronóstico de la enfermedad (Pulido et al., 2021; Robinson et al., 2006).

Como señala Méndez (2005) la familia desempeña un papel protector del niño, ayudándole a elaborar las experiencias que vive y haciéndolas más soportables (Méndez, 2005). Por lo tanto, el grado de adaptación del niño a la situación, dependerá en gran medida del ajuste familiar a la misma (Méndez, 2005; Robinson et al., 2006; Cely-Aranda et al., 2013; Villegas y Cassaretto 2024). En este sentido, el estilo de afrontamiento de los padres frente al proceso determinará en gran medida las capacidades de afrontamiento de su hijo.

Entre los aspectos que habitualmente trabaja un psicooncólogo pediátrico con los progenitores del menor, encontramos el miedo a la posibilidad de recaídas, segundos tumores o muerte de su hijo (Pulido et al., 2021), así como la sensación de falta de control en el cuidado, no sabiendo cómo hacer para que el pequeño se sienta mejor durante el proceso (Rodríguez et al., 2012). Además de la culpa e impotencia tan habitualmente presentes en los padres, ante la toma de consciencia de sus limitaciones para proteger a su hijo del cáncer (Méndez et al., 2004). Por otra parte, se hace esencial atender a las necesidades que estos suelen presentar a la hora de dar sentido a la experiencia que vivencian, la incapacidad de mostrar su propio sufrimiento por miedo a aumentar el de su hijo, así como la manera de comunicar al menor de una forma adecuada a su edad, la información acerca de la enfermedad, fomentando en la medida de lo posible su participación en el proceso (Peña, 2017).  

Uno de los componentes de la familia, habitualmente olvidados, son los hermanos del niño enfermo. Estos suelen percibir la angustia de sus padres, notando su ausencia o el descuido de sus necesidades al volcarse en el cuidado del enfermo, lo que los hace especialmente vulnerables a desarrollar problemas psicológicos (Peña, 2017). Por ello, es fundamental que el psicooncólogo pediátrico pueda favorecer su implicación en el proceso de enfermedad, asegurando también el cuidado de estos a lo largo del progreso (Pitillas, 2010).

En definitiva...

El enfermo de cáncer infantil es ante todo un niño que se enfrenta al gran desafío que supone incorporar la enfermedad a su vida y a la de su familia (López-Ibor, 2009). Así, a pesar de su corta edad, este se esfuerza en poder comprender y posicionarse ante lo que vive (Pitillas, 2010). En este contexto el psicooncólogo pediátrico emerge como una figura dentro del equipo multidisciplinar dentro de la Unidad de Oncología Pediátrica. Su misión es acompañar al niño y a su familia durante todo el proceso de la enfermedad (diagnóstico, hospitalización, supervivencia a corto y largo plazo, recaídas, muerte y duelo) (López-Ibor, 2009), minimizando el impacto psicológico que esta pueda generar, ofreciéndoles un apoyo emocional esencial a lo largo de este complejo viaje.

Autoría:

Elena Revuelta González

Psicooncóloga y psicóloga general sanitaria

El nuevo número de La Huella, la revista que edita el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental (COPAO), aborda problemáticas de la infancia y la adolescencia como el descenso de la edad a la que comienzan a consumir este tipo de contenido

06/02/2025.- Ver una película, escuchar cualquier canción, poder hablar con alguien de la otra punta del país, hacer compras…Todo está al alcance y todo requiere lo mismo que acceder a páginas de contenido para mayores de 18: un click. Eludir los mecanismos de restricción de edad en España para acceder a este tipo de webs es muy sencillo, la confirmación se establece a partir de un simple botón. Según los datos proporcionados por el Ministerio de Justicia, el 53,8% de jóvenes entre 12 y 15 años afirma haber visto pornografía por primera vez entre los 6 y 12 años.

La edad a la que comienzan a consumir este tipo de contenido es una de las problemáticas que se abordan en la nueva edición de La Huella, la revista que edita periódicamente el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental (COPAO) y cuyo nuevo número dedicado a la infancia y la adolescencia se ha presentado hoy, 6 de febrero, en la sede del COPAO en Málaga.

¿Qué es lo que lleva a las personas tan jóvenes a consultar este tipo de webs? Ana María López Lorente, vocal de Psicología de la Sexualidad y Sexología del COPAO, sostiene que este impulso proviene de algo tan sencillo como la curiosidad, que unida al tabú que supone el sexo puede llevar a este tipo de búsquedas. “La educación sexual es escasa y en ocasiones centrada en realidades hetero-normativas, por lo que muchas personas jóvenes acuden a los buscadores en busca de respuestas y acaban topándose con páginas dedicadas a la pornografía”, afirma López Lorente.

Otra problemática es que la pornografía altera su percepción de la realidad a la hora de mantener sus propias relaciones. “Si las y los jóvenes consideran válido lo que están viendo, luego se lo van a exigir a la persona con la que tengan esas relaciones, van a ejercer violencia, van a considerar que eso está dentro de lo normal”, añade la psicóloga.

Para prevenir y evitar un consumo nocivo de pornografía a edades tempranas, el COPAO pone el foco en la educación sexual, no solo para jóvenes, sino también para que madres y padres puedan afrontar y resolver sus dudas. “En los cursos y talleres de educación sexual no se enseña a la juventud a mantener relaciones sexuales, se les enseña autoestima, autoconocimiento, habilidades sociales, a saber dónde está mi límite en mi cuerpo y en el cuerpo del otro para no pasar una línea”, explica la sexóloga Ana María López Lorente.

El nuevo número de La Huella, que ya se puede leer en la web del COPAO, está dedicado a la infancia y la adolescencia, e incluye temas de actualidad como violencia de género en la población adolescente, acoso LGTBI, búsqueda de identidad sexual y autolesiones. Con su publicación, el objetivo del Colegio es acercar la psicología tanto a profesionales como a la ciudadanía en general. “Es un espacio dedicado al intercambio de conocimientos, reflexiones y experiencias sobre los avances y desafíos de la profesión en los últimos años. Entre ellos, el intrusismo de otros profesionales en el abordaje de la salud mental”, afirma Mariela Checa, decana del COPAO.

El papel fundamental de los y las profesionales de la Psicooncología y la importancia de una Especialidad en Psicooncología y Psicología Paliativa en el SNS

Cada 4 de febrero, el mundo conmemora el Día Mundial contra el Cáncer, una fecha clave para reflexionar sobre el impacto de esta enfermedad y la importancia de una atención integral e integrada que no solo aborde los aspectos médicos, sino también los emocionales y psicológicos. En este contexto, la Psicooncología se presenta como una disciplina fundamental, dedicada a mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan el cáncer, sus familias así como los y las profesionales que les atienden.

Un diagnóstico de cáncer genera una gran carga emocional tanto para pacientes como para sus seres queridos. El miedo, la incertidumbre, la sintomatología ansiosa y depresiva son reacciones frecuentes, y sin el apoyo adecuado, estos factores pueden afectar no solo el bienestar mental, sino también la adherencia al tratamiento y la evolución de la enfermedad. Aquí es donde la labor de los y las profesionales de la Psicología cobra un valor incalculable.

La Psicooncología ofrece herramientas para que los pacientes manejen el estrés, enfrenten el miedo a la muerte, mejoren su autoestima y fortalezcan su resiliencia. Además, ayuda a las familias a sobrellevar el impacto emocional del diagnóstico y a encontrar formas saludables de apoyar a sus seres queridos.

Otro aspecto clave es el acompañamiento en distintas etapas de la enfermedad. Desde el diagnóstico hasta el tratamiento y, en algunos casos, los cuidados paliativos, la psicooncología permite que los pacientes transiten este proceso con menor sufrimiento e incluso mayor bienestar emocional. Asimismo, el apoyo psicológico contribuye a que los profesionales de la salud, expuestos diariamente a situaciones difíciles, puedan gestionar sus emociones y prevenir el agotamiento profesional.

En un mundo donde el cáncer sigue siendo una de las principales causas de mortalidad, es esencial reconocer la importancia de un enfoque integral que incluya la salud mental especializada. La lucha contra el cáncer no solo se libra en los quirófanos o en los laboratorios de investigación, sino también en la mente y el corazón de quienes lo enfrentan.

En este Día Mundial contra el Cáncer, es fundamental reconocer y valorar el trabajo de los y las psicólogas en el ámbito oncológico, promoviendo una mayor sensibilización sobre la necesidad de incorporar la Psicooncología como parte esencial del tratamiento del cáncer. El bienestar emocional también es un pilar de la salud, y garantizar apoyo psicológico a quienes lo necesitan es un compromiso que debemos asumir como sociedad.

Sin embargo y a pesar del reconocimiento creciente de la importancia de la psicooncología, en muchos países, incluido el nuestro, aún no existe una especialidad formal dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS) que garantice la presencia de profesionales capacitados en esta área en todos los niveles de atención oncológica y paliativa. Desde el COPAO consideramos imprescindible la creación de una especialidad en Psicooncología y Psicología Paliativa, que permita una formación específica y estructurada, asegurando que los pacientes con cáncer, sus familias y los profesionales reciban la atención psicológica necesaria de manera sistemática y equitativa.

Integrar esta especialidad dentro del SNS mejoraría la calidad de vida de los pacientes y optimizaría los recursos sanitarios, reduciendo complicaciones derivadas del sufrimiento emocional no tratado, mejorando la adherencia a los tratamientos y favoreciendo una mejor comunicación entre el equipo médico, el paciente y su entorno. Además, dotaría a los profesionales de la psicología de un reconocimiento oficial en este ámbito, fortaleciendo la atención interdisciplinaria y garantizando un enfoque verdaderamente integral e integrado en el tratamiento del cáncer.

Desde el COPAO reclamamos que la salud mental deje de ser un complemento y se convierta en un pilar esencial en la lucha contra el cáncer. El reconocimiento de la Psicooncología como una especialidad dentro del SNS es un paso necesario para garantizar un abordaje más humano, completo y eficaz de esta enfermedad.

Autoría:

María del Mar Campos

Doctora en Psicología

Psicóloga sanitaria experta en Psicooncología

Vocal de la Sección de Psicooncología y Psicología en Cuidados Paliativos

 


El Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental (COPAO) crea el Defensor/a de las Personas Colegiadas, una figura clave para garantizar la protección de los derechos de las personas colegiadas, mejorar la mediación en conflictos y fortalecer la transparencia dentro de la institución.

El Reglamento del Defensor/a de las Personas Colegiadas fue aprobado en la Junta General Ordinaria del 24 de mayo de 2024. Su creación responde a la necesidad de disponer de una figura imparcial que atienda consultas, canalice quejas y proponga mejoras en el funcionamiento colegial, asegurando que las decisiones del COPAO sean acordes con los derechos de las personas colegiadas y la normativa profesional.

Este cargo tiene carácter independiente de la Junta de Gobierno, lo que le permite actuar de manera imparcial en la resolución de quejas, consultas y discrepancias relacionadas con el funcionamiento del Colegio.

Funciones del Defensor/a de las Personas Colegiadas
1. Atención a consultas y reclamaciones:
- Recibir y analizar quejas y sugerencias formuladas por personas colegiadas sobre el funcionamiento del COPAO.
- Emitir informes y recomendaciones sobre los asuntos planteados, siempre desde una perspectiva imparcial y fundamentada.

2. Mediación en conflictos:
- Actuar como figura neutral en disputas entre personas colegiadas y el Colegio.
- Proponer soluciones consensuadas para la resolución de conflictos sin necesidad de acudir a otras instancias.

3. Supervisión de derechos y buenas prácticas:
- Asegurar que los procedimientos internos del COPAO respeten los principios de transparencia, equidad y derechos colegiales.
- Evaluar el cumplimiento de las normativas internas y proponer modificaciones si se detectan áreas de mejora.

4. Elaboración de informes y recomendaciones:

- Presentar anualmente un informe con las principales actuaciones llevadas a cabo, identificando tendencias y áreas de mejora en la gestión colegial.
- Proponer medidas correctivas para optimizar los servicios que ofrece el COPAO a sus miembros.

5. Fomento de la transparencia y participación:
- Servir como puente entre las personas colegiadas y la Junta de Gobierno, promoviendo una comunicación fluida y eficaz.
- Informar a las personas colegiadas sobre sus derechos y los canales disponibles para ejercerlos.

Presentación de candidaturas para Defensor/a de las Personas Colegiadas
Si quieres postularte al cargo de Defensor/a de las Personas Colegiadas, el proceso se desarrollará entre el 3 y el 23 de febrero. Las candidaturas deberán presentarse a través del formulario del área privada del COPAO, que estará disponible en la web del Colegio a partir del 3 de febrero.

Deberás cumplir los siguientes requisitos:

- Ser colegiado/a en el COPAO con una antigüedad mínima de cinco años.
- Estar al corriente de sus obligaciones colegiales.
- No haber sido sancionado/a disciplinariamente ni haber recibido condena penal.
- No ser miembro de la Junta de Gobierno.

Procedimiento para la presentación de candidaturas
1. Acceso al formulario:
Las candidaturas deberán presentarse a través del formulario habilitado en el área privada del COPAO. Este formulario estará disponible en la web del Colegio a partir del 3 de febrero.
Para acceder, las personas candidatas deberán identificarse con su número de colegiación y sus credenciales personales.

2. Documentación requerida:
- Formulario de solicitud cumplimentado.
- Carta de motivación, en la que se expongan las razones para optar al cargo y una breve descripción de la trayectoria profesional del candidato/a.
- Listado de avales de la candidatura firmados digitalmente. Pueden ser avales de personas colegiadas (Deberá identificar número de colegiación), o de entidades públicas y/o privadas.
- Declaración responsable de cumplimiento de los requisitos establecidos en el reglamento.
- Propuesta de actuación, en la que el/la candidato/a exponga sus ideas para el desarrollo del cargo y las mejoras que considera necesarias en la relación entre el COPAO y las personas colegiadas.

3. Recepción y validación de candidaturas:
Todas las candidaturas serán recibidas de manera automática en el sistema.
La Secretaría y Administración del COPAO validará la documentación y comprobará que se cumplen los requisitos exigidos.
El 24 de febrero, la Secretaría remitirá las candidaturas verificadas al Vicesecretario para su visto bueno final.

Votación y exposición de candidaturas
El listado oficial de candidaturas aceptadas será publicado el 25 de febrero en la web del COPAO. A partir del 25 de febrero y hasta el 28 de febrero, se habilitará en el área privada de la web del COPAO un espacio dedicado a la exposición de cada candidatura, donde las personas colegiadas podrán consultar la información presentada por cada candidato/a. Este espacio incluirá:

- Vídeo de presentación. Las personas candidatas podrán enviar un vídeo de presentación de un máximo de 5 minutos, en el que expliquen sus motivaciones para optar al cargo, su trayectoria profesional y los objetivos que persiguen en caso de ser elegidas.
- Carta de motivación. Documento en el que cada persona candidata exponga sus razones para postularse al cargo y detalle su experiencia profesional relevante.
- Listado de avales de la candidatura firmados digitalmente. Se presentará el listado de avales que respalden la candidatura, los cuales podrán provenir de: personas colegiadas (identificando número de colegiación) o entidades públicas y/o privadas que respalden la postulación.
- Propuesta de actuación. Documento donde la persona candidata exponga sus ideas para el desarrollo del cargo, así como las mejoras que considera necesarias para fortalecer la relación entre el COPAO y las personas colegiadas.

La votación se llevará a cabo de manera online a través del área privada de la web del COPAO entre el 3 y el 4 de marzo.
Los resultados serán publicados el 11 de marzo en los canales oficiales del COPAO y se notificará a todas las personas colegiadas.

La decana del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental (COPAO), Mariela Checa, ha participado este martes 28 de enero en el programa Más de Uno de Onda Cero Málaga con el objetivo de informar a los oyentes sobre dos de las preocupaciones que mantiene actualmente el Colegio respecto a las últimas acciones de la Junta de Andalucía.

Una de ellas hace referencia a la ausencia de profesionales de la psicología en la elaboración del nuevo Proceso Asistencial sobre Deterioro Cognitivo de la Junta de Andalucía. El COPAO considera que las psicólogas y los psicólogos son profesionales fundamentales en el abordaje del deterioro cognitivo porque ayudan a determinar el perfil y la gravedad del mismo. Puede ser un deterioro leve que permita a la persona mantener su independencia en las actividades diarias o un deterioro grave, que afecte significativamente a la vida diaria y evolucione a diferentes tipos de demencia como el Alzheimer. 

La Consejería de Salud y Consumo, cuya titular es Rocío Hernández Soto, presentó el pasado 13 de enero este nuevo proyecto para mejorar el diagnóstico del deterioro cognitivo, un proceso en el que, tal y como han confirmado, han participado profesionales de neurología, medicina interna, medicina familiar y comunitaria, enfermería, trabajo social y farmacia hospitalaria de diferentes provincias y centros sanitarios de Andalucía, pero no profesionales de la psicología, y esto supone una carencia significativa que puede afectar a la calidad de la atención prestada a los pacientes.

Este proceso asistencial recoge la evaluación de muchos de los síntomas que cursan con el deterioro cognitivo, es decir, sintomatología cognitiva, conductual y psicológica, y su repercusión en la vida diaria del paciente. Es importante su detección temprana para iniciar tratamientos que puedan ralentizar su progresión, planificar el futuro y proporcionar apoyo y recursos tanto al paciente como a su familia.

No obstante, a pesar de la importancia de estos síntomas, claves para el diagnóstico en fase temprana y para una adecuada intervención, la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía no ha contado con la participación de profesionales de la psicología en la elaboración del plan, y sin ellas y ellos no se puede realizar adecuadamente el abordaje biopsicosocial de la enfermedad ni la terapia psicológica para los cuidadores de estos enfermos.

Asimismo, el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental ha manifestado en otras ocasiones que la comunidad autónoma es la que presenta una tasa más baja de profesionales de la psicología en el Servicio Andaluz de Salud, lo que impide una adecuada valoración de los síntomas asociados a procesos neurodegenerativos que cursan con deterioro cognitivo.

Descontento del COPAO por el cambio de nombre de la Dirección General de Cuidados y Atención Sociosanitaria

Esta no es la única decisión de la Junta de Andalucía que preocupa al COPAO. El decreto aprobado por el Consejo de Gobierno el pasado mes de septiembre no sólo suprimió tres fundaciones públicas de investigación sanitaria, sino que también modificó la denominación de la 'Dirección General de Atención Sociosanitaria, Salud Mental y Adicciones', que pasó a llamarse 'Dirección General de Cuidados y Atención Sociosanitaria'. Este cambio, que va más allá de una simple modificación nominal, amenaza con reducir la visibilidad y prioridad de la salud mental y las adicciones en la agenda sanitaria andaluza.

La Federación Salud Mental Andalucía, formada por 19 asociaciones que trabajan para la recuperación y mejora de la calidad de vida de las personas con problemas de salud mental y la de sus familias, considera que ese cambio de nombre “podría generar inquietudes sobre la priorización y visibilidad que se dará a áreas tan sensibles y cruciales como la salud mental y las adicciones”, que igualmente se caen de la nueva denominación.

La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía no ha contado con la participación de las y los profesionales de esta disciplina en la elaboración de su nuevo proceso para mejorar el diagnóstico del deterioro cognitivo

El Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental (COPAO) manifiesta su preocupación ante la ausencia de profesionales de la psicología en la elaboración del nuevo Proceso Asistencial sobre Deterioro Cognitivo de la Junta de Andalucía. El COPAO considera que las psicólogas y los psicólogos son profesionales fundamentales en el abordaje del deterioro cognitivo porque ayudan a determinar el perfil y la gravedad del mismo. Puede ser un deterioro leve que permita a la persona mantener su independencia en las actividades diarias o un deterioro grave, que afecte significativamente a la vida diaria y evolucione a diferentes tipos de demencia como el Alzheimer.

La Consejería de Salud y Consumo presentó este lunes 13 de enero este nuevo proyecto para mejorar el diagnóstico del deterioro cognitivo, un proceso en el que, tal y como han confirmado, han participado profesionales de neurología, medicina interna, medicina familiar y comunitaria, enfermería, trabajo social y farmacia hospitalaria de diferentes provincias y centros sanitarios de Andalucía, pero no profesionales de la psicología, y esto supone una carencia significativa que puede afectar a la calidad de la atención prestada a los pacientes.

Este proceso asistencial recoge la evaluación de muchos de los síntomas que cursan con el deterioro cognitivo, es decir, sintomatología cognitiva, conductual y psicológica, y su repercusión en la vida diaria del paciente. Es importante su detección temprana para iniciar tratamientos que puedan ralentizar su progresión, planificar el futuro y proporcionar apoyo y recursos tanto al paciente como a su familia.

No obstante, a pesar de la importancia de estos síntomas, claves para el diagnóstico en fase temprana y para una adecuada intervención, la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía no ha contado con la participación de profesionales de la psicología en la elaboración del plan, y sin ellas y ellos no se puede realizar adecuadamente el abordaje biopsicosocial de la enfermedad ni la terapia psicológica para los cuidadores de estos enfermos.

Asimismo, el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental ha manifestado en otras ocasiones que la comunidad autónoma es la que presenta una tasa más baja de profesionales de la psicología en el Servicio Andaluz de Salud, lo que impide una adecuada valoración de los síntomas asociados a procesos neurodegenerativos que cursan con deterioro cognitivo.

Descontento del COPAO por el cambio de nombre de la Dirección General de Cuidados y Atención Sociosanitaria

Esta no es la única decisión de la Junta de Andalucía que preocupa al COPAO. El decreto aprobado por el Consejo de Gobierno el pasado mes de septiembre no sólo suprimió tres fundaciones públicas de investigación sanitaria, sino que también modificó la denominación de la 'Dirección General de Atención Sociosanitaria, Salud Mental y Adicciones', que pasó a llamarse 'Dirección General de Cuidados y Atención Sociosanitaria'. Este cambio, que va más allá de una simple modificación nominal, amenaza con reducir la visibilidad y prioridad de la salud mental y las adicciones en la agenda sanitaria andaluza.

La Federación Salud Mental Andalucía, formada por 19 asociaciones que trabajan para la recuperación y mejora de la calidad de vida de las personas con problemas de salud mental y la de sus familias, considera que ese cambio de nombre “podría generar inquietudes sobre la priorización y visibilidad que se dará a áreas tan sensibles y cruciales como la salud mental y las adicciones”, que igualmente se caen de la nueva denominación.