Factores de riesgo de suicidio en mujeres víctimas de violencia de género
El pasado jueves tuvo lugar la reunión del Área de Suicidio y Grupos Vulnerables en la que se abordó la relación entre suicidio y violencia de género y se contó con la participación como invitado del vocal de la Comisión de Psicología de la Igualdad, José Antonio García Serrano.
La vivencia de una situación de violencia de género es un factor de riesgo directo tanto para la mujer como para sus hijos, ya que supone estar expuesta tanto a agresiones físicas o abuso sexual en muchos casos como a humillaciones, amenazas, desprecios hacia ella, sus pertenencias, su familia y todo lo que ella representa de manera sostenida en el tiempo. En este contexto, la probabilidad de morir por suicidio se multiplica por cinco respecto a las mujeres que no sufren una situación de maltrato.
La vivencia sostenida de aislamiento, vejaciones y maltrato y la falta de apoyos origina psicológicamente en la mujer miedo e indefensión. Además de los trastornos somáticos, psicológicos y emocionales que puede desarrollar bajo esta situación, la mujer incrementa su vulnerabilidad no sólo para desarrollar el síndrome de adaptación paradójica y verse incapaz de salir del ciclo de la violencia machista, sino para no poder pedir ayuda ni reiniciar una nueva vida ya que ha llegado a estar aislada, sin apoyo familiar o social y cosificada. Ofrecer otras alternativas de solución frente a considerar al suicidio como única salida es clave en estos momentos críticos de tanto sufrimiento psicológico a las mujeres.
En el contexto de la violencia de género, el suicidio también se relaciona con la pareja maltratadora ya que existe una alta incidencia de quienes se suicidan una vez han realizado el homicidio machista.
Es necesario conocer el sesgo de género en relación al suicidio ya que la socialización diferenciada, las diferencias en gestión emocional o los roles adquiridos marcan la diferencia a la hora de vivenciar el trauma, solucionar conflictos o pedir ayuda.
Consideramos fundamental sensibilizar sobre esta relación y capacitar a los profesionales que trabajan en este ámbito sobre recursos y estrategias para detectar este riesgo ya que es transversal durante todo el proceso.
Conocer los mitos en torno al suicidio es fundamental para implementar medidas preventivas e interventivas así como los factores de riesgo y las señales de alarma.
Factores de riesgo personales como las tentativas previas y/o familiares de suicidio, características y duración de la historia de maltrato, haber sido víctima de abuso o maltrato sexual, existencia de trastornos mentales, abuso de sustancias, tipo de personalidad dependiente, estrategias de afrontamiento adecuadas,etc. incrementan el riesgo de ideación suicidida así como factores familiares y/o sociales como aislamiento, problemas económicos, falta de recursos o recursos inadecuados,etc.
Situaciones específicas como interponer una denuncia frente al maltratador, acoso de éste, procedimientos judiciales, pérdida de la custodia de los hijos, etc. incrementan el riesgo así como ser testigos de maltrato en la madre o en sí mismos, asesinato de ésta, bullling... en los hijos/as.
Las señales de alerta que indican riesgo crítico además de autolesiones son verbalizaciones sobre la propia muerte, su vida o su futuro en términos de “esto no tiene solución”, “no puedo hacer nada para solucionarlo”, “no puedo luchar más”,etc. así como conductas de cierre o despedidas verbales o escritas.
En los menores los cambios comportamentales tanto en exceso con conductas disruptivas como en defecto presentando apatía e indiferencia, empeoramiento de calificaciones escolares o aislamiento, despedidas en las redes… nos pueden poner en alerta.
Si necesita información, asesoramiento o atención psicológica en este sentido pueden contactar a través de
Autora:
Araceli Ortega Martínez
Coordinadora en Málaga de la Comisión de Psicología para la Conducta Suicida