La adolescencia es una etapa crucial para el desarrollo de la persona, no se trata solo de sobrevivir a ella, si no de ser capaces de acompañarla, asegurando los suficientes apoyos para poder aprovechar todo lo que les brinda, esta interesante etapa de sus vidas.
También, es cierto que en esta edad, el adolescente debe enfrentarse a nuevos desafíos. Es un momento de cambios físicos y emocionales. Además de los que más conocemos a nivel de desarrollo de caracteres sexuales, existen profundos cambios a nivel cerebral.
Uno de los procesos más llamativos que ocurren en esta época, en la llamada 'poda neuronal'. Un proceso, a través de la cual, el cerebro se deshace de antiguas conexiones y en su lugar va a generar otras nuevas, más adaptativas con el nuevo momento vital. Esto por una parte activa la velocidad en el procesamiento cognitivo de los adolescentes, pero por otra, habilidades cognitivas que consideramos consolidada dejan de aparecer. De hecho se observa una disminución de ciertas zonas de la sustancia gris, que pueden generar problemas en la interacción social y según investigaciones de la universidad de Oxford fallos empaticos especialmente entre adolescente y persona adulta.
En esta serie de cambios también se de alta sensibilidad del cerebro hacia la dopamina. Neurotransmisor que activa, especialmente los circuitos de gratificación e interviene en el aprendizaje y la toma de decisiones. Aunque no es el único objetivo de este neurotransmisor, estos son alguno de los más conocidos. Por ello podemos ver en las y los adolescentes esa dificultad para regularse cuando buscan una gratificación inmediata y el posterior enfado cuando no lo consiguen.