Con motivo del Día Mundial de la Fertilidad, recordamos que para la OMS la incapacidad de tener hijo/as bien por esterilidad o por infertilidad es una enfermedad con consecuencias a nivel físico, psicológico, emocional o social. Este diagnóstico suele ser inesperado y demoledor vivenciándose como una situación angustiosa y una verdadera crisis vital ya que trunca los deseos de ser madre/padre e impacta en todas las esferas de las persona y de la pareja.
Un 60 % del total de parejas infértiles recurre a tratamientos de reproducción asistida para lograr su sueño de ser padres/madres. Las técnicas de reproducción asistida han logrado en la actualidad grandes avances e innovaciones siendo España referencia mundial en estos momentos en el abordaje especializado de la infertilidad.
En cualquier caso el abordaje integral de la fertilidad/infertilidad sigue no incluye de manera generalizada el acompañamiento psicológico siendo un pilar fundamental para la adherencia al tratamiento, el afrontamiento de desajustes emocionales a lo largo de cada fase del tratamiento, resolver los conflictos de pareja o el afrontamiento de pruebas médicas o resultados negativos y duelos.
Siendo la vivencia de la infertilidad un estresor de primera magnitud, el disminuir los niveles de estrés y ansiedad ayudarán a mujeres y parejas a mejorar su actitud y cuidados a lo largo de este proceso.
La Psicología de la Infertilidad se constituye como un campo nuevo en el área de la Fertilidad y Reproducción dentro de la Psicología de la Salud que previene, evalúa y trata los desajustes derivados de las dificultades para reproducirse. Conocer la aplicación práctica de la Psicología en este campo es una necesidad emergente actual.
Araceli Ortega,
Psicóloga y coordinadora del Grupo de Trabajo de Psicología de la Infertilidad