Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se diagnostican más de 400.000 casos de cáncer en menores de 20 años en todo el mundo. El cáncer infantil es la segunda causa de muerte en niños de 5 a 14 años, después de los accidentes.
En general, se considera que el cáncer y sus tratamientos suponen una experiencia estresante y traumática tanto para las niñas y niños y/o adolescentes, como para sus familias. A lo largo de todo el proceso de enfermedad, se enfrentan a procedimientos médicos invasivos y dolorosos, efectos secundarios derivados de los tratamientos, cambios tanto a nivel físico como funcional, ruptura de la dinámica familiar, escolar, y social, sin olvidar la amenaza para la vida que supone en sí el diagnóstico de la enfermedad.
Por todo ello, es necesario ofrecer un apoyo integral y multidisciplinar a la persona menor o adolescente con cáncer y a su familia, que tenga en cuenta no solo los aspectos físicos, sino también los psicológicos, sociales, espirituales y educativos. En este sentido, el profesional de la Psicooncología juega un papel fundamental a lo largo de todo el proceso oncológico, desde el diagnóstico hasta el seguimiento, pasando por el tratamiento, la remisión, la recidiva o el final de vida, ofreciendo un espacio de escucha, ventilación emocional, apoyo y orientación.
En definitiva, son su intervención se pretende mejorar la calidad de vida, el bienestar y la salud mental tanto de la niña o niño, como de su familia.
Autora: Naiara Amaya Mayo, psicooncóloga Infanto Junvenil. Sección de Psicooncología y Psicología de los cuidados paliativos