Mis prácticas del Máster en Gambia

prácticas en Gambia

La alumna del Máster Internacional en Catástrofes, Crisis y Emergencias, Ana Pérez Márquez, explica su experiencia con las prácticas

En Septiembre, un grupo de alumnos y alumnas de la tercera edición del Máster Internacional en Psicología de Catástrofes, Crisis y Emergencias partía hacia Gambia. Allí, pasaron unas semanas realizando sus prácticas extracurriculares colaborando con la ONG Ser Humano. Una vez concluidas sus tareas y de vuelta en casa, llega el momento de hacer balance de lo vivido.


Marzo de 2020, en plena pandemia mundial, con el mundo totalmente parado, en una situación de desconcierto, caos social e incertidumbre, llega la ilusión de comenzar el Máster de Psicología de Emergencias, Catástrofes y Crisis. Con él, también llega la oportunidad de realizar prácticas internacionales. Una opción era Gambia (África) y ahí nació la idea, un proyecto desconocido y que todavía quedaba lejos en el tiempo, pero el plan fue tomando forma. 

Una ilusión en tiempos de pandemia

Nuestra misión consistía en desarrollar un programa de primeros auxilios psicológicos para poder impartir talleres de formación en Banjul, capital de Gambia. Tres alumnos que, sin apenas conocerse, deciden aventurarse a esta experiencia sin precedentes. Fue a través de simulacros y prácticas locales realizadas durante el Máster cuando tuvimos la oportunidad de conocernos, unidos por la misma ilusión.  

Tras la primera reunión con la Directora del Máster, Aida Herrera, se nos informó de la situación actual del país, la ONG con la que trabajaríamos y lugar de estancia. En ese encuentro también formalizamos la labor a realizar, investigamos sobre los requisitos sanitarios para entrar en el país y concretamos fechas. Pocos días después, compramos los billetes de avión. Finalmente, parecía que la oportunidad se iba materializando.  

Posteriormente, mantuvimos reuniones con Javier, el director de la ONG Ser Humano. Pudimos conocer, al fin, nuestros lugares de trabajo. Nuestras labores consistirían en ofrecer talleres formativos sobre primeros auxilios psicológicos y comunicación de malas noticias a los/as docentes de diversos centros educativos. Es el caso de St. John’s y Babylon school o los/as trabajadores del hospital psiquiátrico Tanka Tanka y del hospital universitario de la capital. Nuestra labor también consistiría en facilitar también talleres de formación a los líderes de la comunidad de Tallinding, con un alto índice de pobreza. Entonces, nos pusimos manos a la obra, buscando información, preparando los contenidos, diseñando los programas, consiguiendo documentos y vacunas, realizando traducciones y estudiando las exposiciones. 

El sueño se hace realidad

Finalmente llegó el día del viaje. Con los nervios a flor de piel aterrizamos en Banjul, donde nos estaban esperando Javier y Alí, nuestro guía local y una persona entrañable. Durante nuestro primer día en África y con pocas horas de sueño en el cuerpo, teníamos organizado un safari, donde se produjo el primer choque cultural, la primera toma de contacto. Viajamos a la frontera con Senegal y, en el trayecto, pudimos ver con nuestros ojos la magia, la necesidad y la bondad de los gambianos. Fue la situación perfecta para saber a qué nos enfrentaríamos durante nuestras horas de trabajo.  

Una vez allí, ofrecimos diversos talleres de formación tanto en escuelas públicas como centros sanitarios y hospitales psiquiátricos

Nuestra rutina consistía en desplazarnos hacia el lugar de trabajo por las mañanas: cada lugar al que íbamos a trabajar era una experiencia impredecible. Cada sitio fue único. Nos encontramos con personas que tienen distinto grado de formación en el campo, distintas necesidades de aplicar la materia y diferentes intereses formativos. Todo ello se reflejaba en la infinidad de preguntas que nos realizaban al terminar los talleres. Nos recibían a diario con los brazos abiertos, ofreciéndonos su disponibilidad y nos despedían con una sonrisa, con una mirada de agradecimiento y, lo más importante, interesados/as en mantener el contacto, en continuar realizando programas formativos futuros. 

Una vez terminada la jornada, Javier y Alí nos acompañaban a visitar mercados típicos, como el Craft Market de Senegambia o los de Serrekunda y Tallinding. En todos ellos, podías ver cómo los/as gambianos/as pasaban parte de su día. También tuvimos la oportunidad de visitar la Kachikally Crocodile Pool, el museo étnico y el de historia. En este último pudimos conocer la historia del dominio de Gambia por parte de Inglaterra y el tráfico de esclavos. También visitamos diversas playas en las que era común ver infinidad de niños jugar durante horas y jóvenes realizando deporte. 

Una de las muchas cosas que hemos aprendido es que la gambiana es una comunidad unida y llena de amor hacia la familia

Cuando la experiencia compensa los miedos iniciales

Antes de viajar a Gambia, la incertidumbre y el miedo afloraban. Miedos nacidos por el desconocimiento de la situación real, desde el punto de vista de la seguridad. También nos inquietaba saber qué se esperaba de nosotros, el público al que nos dirigiríamos. A todo ello, había que sumarle toda la información encontrada en internet sobre los peligros, que iban desde las enfermedades, problemas con el agua potable, cortes de luz diarios o el choque cultural a visualizar tanta pobreza. Todo se convertiría en un reto, pero todos estos miedos se disiparon una vez llegamos a Banjul y conocimos de primera mano la bondad, la hospitalidad y el modo de vida de sus habitantes, la propia capacidad que tenemos las personas de adaptarnos a un modo de vida que no es el propio. 

Es una experiencia donde se rompen mitos, prejuicios y creencias erróneas sobre la vida y la mentalidad de la cultura africana. Es una sociedad que vive el día a día en un contexto de incertidumbre y miedo al futuro, pero cargada de fuerza y de ilusión. Una sociedad en la que nunca faltan las sonrisas ni las ganas de luchar, llena de predisposición a ayudar. Pero sobre todo, es una sociedad llena de amor hacia la familia y con fuertes lazos comunitarios.  

Ana Pérez Márquez

Alumna del Máster Internacional en Psicología de Catástrofes, Crisis y Emergencias.