La OMS quiere priorizar la Salud Mental en la vida post pandemia y hacer accesible la ayuda profesional
Unicef alerta de que la Salud Mental es la asignatura pendiente y alerta de su impacto en España
La otra cara de la Covid19: el 18% de los españoles ha sufrido depresión por la pandemia
Las asociaciones de supervivientes de suicidio reclaman un Plan de Ptrevención
Los titulares de los medios de comunicación, de los últimos días, ponen el foco en la Salud Mental. A lo largo de este último año, ha sido la tónica habitual encontrarnos con noticias relacionadas con este asunto. No nos sorprende. La Salud Mental es la gran olvidada del sistema sanitario de España, cuando debería haber sido el centro del debate desde hace mucho tiempo. Y es que no hay salud sin Salud Mental. Desde esta organización colegial, no nos cansaremos de decirlo, aunque el mensaje tarde en calar.
Una situación de por sí precaria y agravada por la pandemia
La pandemia provocada por el Coronavirus ha dejado al descubierto las carencias del Sistema Nacional de Salud (SNS). Según los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de promedio, los países invierten menos del 2% de sus presupuestos sanitarios en Salud Mental. Si extrapolamos este dato a España, vemos que la cifra apenas mejora. Nuestro Gobierno sólo dedica el 5% del gasto total en sanidad a este apartado. Una cifra ínfima que perpetúa que la salud mental siga siendo “el patito feo” o la “hermana pobre” del SNS. No parece que esta situación vaya a mejorar. La Salud Mental sigue siendo la gran olvidada de los planes de actuación.
El Día Mundial de la Salud Mental es una oportunidad para animar al Gobierno y a todas las instituciones a remar en una misma dirección
El sistema actual no sólo es ineficiente por la escasez de recursos humanos, sino que es inequitativo y perjudica más a quien lo necesita. Porque la ciudadanía que no tiene recursos no sólo no los tiene para acudir al ámbito privado, sino que son quienes más sufren ya que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad.


No hay psicólogos/as clínicos/as suficientes en el SNS como para atender la demanda actual de la población. La ratio de profesionales en Psicología Clínica en España sigue siendo irrisoria. Es decir, 5 profesionales por cada 100.000 habitantes frente a los 18 de media del resto de países de la Unión Europea o los 26 de los países de la OCDE.
La Salud Mental no puede esperar más
Sin duda, hace falta contratar más psicólogos y psicólogas. Y así se lo hemos trasladado al Gobierno y al resto de fuerzas políticas que han querido escucharnos. Ante esta situación, convendría recordar una vez más lo que viene avisando la OMS desde hace tiempo. La Salud Mental será el primer problema de salud pública en el mundo. Una situación a la que, sin duda, ha contribuido la Covid-19, registrándose lo que vemos a diario: un alarmante incremento de los trastornos depresivos, de los cuadros de ansiedad, de los trastornos alimentarios del sueño o las fobias, por citar algunos ejemplos. Tampoco podemos olvidar los casos de suicidio.
Algunas comunidades han incorporado profesionales en sus centros de salud, pero no son suficientes
No podemos seguir esperando. La ciudadanía no puede seguir esperando. Hay que priorizar la Salud Mental. Un primer paso para alcanzar ese objetivo pasa, a nuestro juicio, por reforzar la presencia de los/as psicólogos/as en Atención Primaria además de en los hospitales.
Más profesionales en Atención Primaria y en los hospitales
Algunas comunidades autónomas ya han dado algunos pasos, aún tímidos a nuestro parecer, incorporando profesionales en sus centros de salud. Pero no son suficientes.


El Día Mundial de la Salud Mental es una buena oportunidad para animar no sólo al Gobierno sino también a todas las instituciones implicadas, a remar juntos/as en esta dirección. Trabajar para incorporar los tratamientos psicológicos que son altamente eficaces, en la atención primaria y diseñar campañas de prevención para acercar los trastornos mentales a la población y que las personas cuenten con herramientas para detectar estos problemas y pedir ayuda a tiempo. Eso implica también llevar estas campañas y programas de prevención y tratamiento a los centros educativos.
Las personas que se suicidan no quieren dejar de vivir, sino dejar de sufrir. Concedámosles la ayuda que se merecen.
Solucionar estas carencias no son las únicas demandas que planteamos. Urge también elaborar un Plan Nacional de Prevención del Suicidio que ayude a resolver este grave problema de salud pública. El suicidio no puede seguir siendo un tema tabú. Las personas que se suicidan o lo intentan no quieren dejar de vivir, sino dejar de sufrir. Concedámosles entre todos la ayuda que se merecen.
El Gobierno de España tiene una magnífica oportunidad para resolver todos o algunos de estos déficits en la Estrategia de Salud Mental. También los distintos grupos políticos, que tienen la obligación moral de desarrollar una legislación rápida y eficaz para ayudar a la ciudadanía en el ámbito de la Salud Mental.